viernes, 4 de febrero de 2011

Salut les gars!

Que harías si yo os propusiese un juego, si os pidiera que pensarais en algo que haría falta inventar? Un objeto que facilitase vuestra vida o la de los demás.
Debo advertiros que se trata de un juego de imaginación y no de fantasía (aunque a veces estos conceptos vengan un poco determinados por el momento histórico al que pertenezca el lumbreras). Os lo mostrare con ejemplos: no vale la máquina de teletraspote, el aeropatín ni las luces que se encienden al detectar movimiento, eso todo pertenece a la ciencia ficción.

Si os creeis muy listos yo os reto,pues ya he visto materializarse dos de las ocurrencias surgidas de una conversación como esta,hace años, aquella vez cara a cara. La primera fue la máquina expendedora de paraguas y la segunda fue la mía propia.

Mi invento era sencillo y útil, surgido de la necesidad y el dolor. Se trataba simplemente de un artilugio compuesto por un asa cómoda del que sobresaliera en cada extremo un gancho resistente. Servía para ir a la compra, para cuando fueran varias las bolsas a cargar pudieras agruparlas y convertirlas en maleta. De esta forma al llegar a casa seguirías teniendo manos en vez de misteriosas garras retroevolutivas.

Nunca llegue a hacerlo, se quedo en un simple proyecto mental con el que yo me regocijaba al pensar: joder que útil seria, y de bolsillo!

No hacia dos dias desde la última vez que habia ido al Carrefour cuando al otro lado del vagón de metro repare en las bolsas de aquel señor mayor. Era un tipo encorvado por el paso de los años, con gafas bastante gruesas y audífono, de un andar tembloroso. Vestia su ropa y parecia un poco sobrecogido por el escandalo del Tubo: abrir y cerrar de puertas, entrar y salir de personas, indicadores luminosos y megafonía. Una persona de otro tiempo que adaptó sus rutinas a la modernidad reciente y creciente de la ciudad.

Aun tenía fuerzas para llevar alimentos a su cueva, el equivalente actual a la caza de subsistencia, acción necesaria e inevitable ya venga la carne envuelta en plástico y bandeja o en piel, pelo y pezuñas.

Esas bolsas estaban gastadas por el uso, tambien eran sus bolsas. Y yo las miraba fijamente, con la boca abierta, los ojos un poco más y asintiendo repetidamente. Él llevaba en la mano lo que yo en la cabeza. Material e inmaterial era lo mismo. Es cierto que encontre ciertas diferencias entre los dos modelos pero el aparato funcionaba; incluso admito que me alegre al ver que él había pensado en un detalle en el que yo no habia reparado (os lo explicaré encantado si algún dia me lo preguntais al mismo tiempo que sois capaces de verme las manos). 

En realidad solo queria hablar de la sensación que tuve al verlo. No me enfade porque se me hubiera adelantado (quien sabe si los producen en cadena en una fabrica de China, aunque yo creo que aquel era casero). Me sentí contento de que a alguien más se le hubiese ocurrido aquello; si es que al fin y al cabo tenemos todos los mismos problemas aunque distintas soluciones.

El señor y yo no bajamos en la misma parada, no le pregunté. Quizás otro dia lo vea, aunque tambien puede ser que para llevar un pájaro y una liebre no necesite "El Asa".



PD: Conozco a uno que un dia fue y cazó un mamut, eso si que dio que comer!